Cada 12 de octubre las Casas-Cuarteles del benemérito instituto de la Guardia Civil se engalanan para celebrar el día de su Excelsa Patrona: la Virgen del Pilar.
Para encontrar el origen de esta advocación mariana hay que remontarse hasta el 19 de agosto de 1864, cuando Miguel Moreno, el primer capellán castrense del Colegio de Guardias Jóvenes "Duque de Ahumada", sito en Valdemoro (Madrid), colocó en una pequeña capilla una imagen de la Virgen del Pilar de Zaragoza.
Casi un año después, el 24 de septiembre, era declarada de una forma un tanto espontánea, Patrona del Colegio. Las promociones que durante las siguientes décadas, fueron saliendo del mismo y diseminándose por todos los Puestos del territorio nacional y de Ultramar irían difundiendo su fe en dicha advocación.
El 7 de enero de 1913, haciéndose eco de esa tradición mariana, el Teniente General Ángel Aznar Butigieg, a la sazón, Director General de la Guardia Civil, elevaba un escrito al Ministro de la Guerra Agustín Luque y Coca, solicitando que la Virgen del Pilar fuera declarada Patrona del Cuerpo.
S.M. El Rey ALFONSO XIII tras el informe favorable del Provicario General Castrense, accedería a ello mediante Real Orden Circular del día 8 de febrero de 1913.
Diez días después, el Director General de la Guardia Civil, dictaría al respecto una Orden que sería publicada en el Boletín Oficial del Cuerpo y que finalizaba diciendo:
"Este año, al solemnizar el día de la Patrona, celebraremos en la Guardia Civil la primera fiesta de compañerismo. Cuando os congreguéis para ello en cada Puesto, dedicad una oración a nuestros compañeros que sacrificaron la vida en el cumplimiento del deber y al inolvidable Duque de Ahumada, organizador del Cuerpo; y ante de separamos, terminad nuestra fiesta diciendo; !Viva España!, Viva el Rey!".
Desde entonces el 12 de octubre, se convierte en el día más especial de todo el año para los Guardias Civiles y sus familias. Durante esa jornada, se olvidan las duras y sacrificadas horas de servicio en el que el calor, el frío, la lluvia, el viento o la nieve, nunca fueron obstáculo para el cumplimiento de un deber.
A pesar del tiempo transcurrido los hombres y las mujeres de la Benemérita siguen invocando su protección a la Virgen del Pilar con igual fervor.
Cambian los tiempos y las personas, pero se sigue manteniendo la fe y la tradición.
¡Que tengáis un feliz día del Pilar! ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!